viernes, 9 de septiembre de 2011

ODIADA Y AÑORADA RUTINA. (a Andres)

Duele lo cotidiano porque ya no tiene la misma cotidianidad. Duele la rutina, antes odiada, hoy añorada, porque ya no es la misma rutina; en algunas cosas, en muchas, parte de cero o simplemente ya no existe o es otra parecida pero no igual. Nos acomodamos a esa cotidiana rutina, tal vez, porque nos sentimos protegidos como si esta fuese nuestra guarida, ignorando que esa protección que sentimos nos dolerá mas cuando se interrumpa y cambie de golpe esa repetición de costumbres en las que nos sentimos a salvo. Lo ideal seria no repetirnos en los hábitos de nuestra vida pero ya se sabe que, desde siempre, el hombre es un animal de costumbres.

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